Mejorar el sistema inmune se puede lograr adoptando varios hábitos saludables: Comer una dieta equilibrada rica en frutas y vegetales, mantenerse físicamente activo, descansar adecuadamente, evitar el estrés, no fumar, y moderar el consumo de alcohol. Suplementos como la vitamina C, vitamina D, y zinc, pueden también contribuir a fortalecer las defensas naturales del cuerpo. Es importante también lavarse las manos frecuentemente y mantener buenas prácticas de higiene para prevenir infecciones.

Los síntomas de mala circulación incluyen entumecimiento o hormigueo en las extremidades, manos y pies fríos, cambios de color en la piel (palidez o azulamiento), hinchazón en las piernas, pies y tobillos, fatiga, varices, calambres y dolor en las piernas especialmente al caminar o estar de pie durante períodos largos. Si experimentas alguno de estos síntomas frecuentemente, es recomendable consultar a un médico para una evaluación adecuada y descartar problemas circulatorios serios como la enfermedad arterial periférica.

Para mejorar la circulación, considera estos consejos: Realiza ejercicio regularmente, como caminar, nadar o andar en bicicleta. Mantén un peso saludable para reducir la presión sobre las venas y arterias. Evita permanecer sentado o de pie durante períodos prolongados; toma descansos para moverte un poco. Eleva las piernas cuando estés descansando para facilitar el retorno venoso. Dejar de fumar es también crucial, ya que el tabaquismo empeora la circulación sanguínea. Finalmente, una dieta baja en grasas saturadas, rica en fibras, y abundante en frutas y vegetales puede ayudar a mantener las arterias limpias.