Una verruga es un crecimiento pequeño, duro, a menudo áspero, que aparece en la piel. Es causada por una infección de las capas superiores de la piel con el virus del papiloma humano (VPH). Las verrugas son comunes y generalmente inofensivas, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en manos, pies, rodillas y codos. Aunque pueden ser molestas o causar vergüenza, la mayoría de las verrugas no representan un grave problema de salud.

Eliminar verrugas "al instante" no es generalmente posible y no se recomienda intentar removerlas sin la supervisión de un profesional médico. Los tratamientos eficaces para las verrugas, como la crioterapia (congelación), medicamentos tópicos, o la extirpación quirúrgica, deben ser administrados por profesionales de la salud. Estos métodos pueden requerir varias sesiones o un período de tratamiento para ser efectivos. Intentar remover una verruga por medios caseros o sin supervisión puede llevar a infecciones o cicatrices.

Las verrugas surgen debido a una infección de la piel con distintas cepas del virus del papiloma humano (VPH). Este virus provoca un crecimiento excesivo de las células en la capa superior de la piel, lo que resulta en la formación de la verruga. El VPH se transmite por contacto directo con la verruga o con superficies tocadas por alguien con el virus. La susceptibilidad a desarrollar verrugas puede variar de persona a persona y algunas personas pueden ser más propensas a contraerlas que otras.

Arrancarse una verruga puede causar sangrado, dolor e incluso infección en el área afectada. Además, este método no garantiza la eliminación completa del virus del papiloma humano de la piel, lo que puede llevar a la reaparición de la verruga. Existe también el riesgo de dejar cicatrices o de propagar el virus a otras áreas de tu piel o a otras personas. Por estas razones, es mejor evitar arrancarse las verrugas y, en su lugar, buscar tratamiento médico adecuado para su eliminación segura y efectiva.