Para limpiar los oídos correctamente, es recomendable hacerlo principalmente en la parte externa del oído, utilizando un paño húmedo o una toallita limpia. Evita introducir objetos como bastoncillos en el canal auditivo, ya que esto puede empujar la cera hacia adentro y causar obstrucciones o daños. La cera de oído suele eliminarse de forma natural, por lo que una limpieza profunda interna raramente es necesaria. Si sientes que la cera acumulada es excesiva o si experimentas síntomas como dolor, pérdida de audición o molestias, es mejor consultar a un profesional de la salud.

Para limpiar los oídos sin usar bastoncillos, puedes utilizar un paño suave, ligeramente humedecido, para limpiar la parte exterior de la oreja. Otra opción es usar soluciones salinas o gotas de aceite mineral, de oliva o de bebé para suavizar la cera del oído, permitiendo que se salga más fácilmente de forma natural. Sin embargo, estos métodos deben usarse con precaución y es recomendable consultar a un médico antes de aplicar cualquier sustancia en el canal auditivo, especialmente si tienes antecedentes de problemas de oído.

La frecuencia con la que debes limpiar tus oídos varía de una persona a otra, dependiendo de la cantidad de cera que produzcan. En general, una limpieza de la parte externa del oído con un paño húmedo durante el baño diario puede ser suficiente. La limpieza interna profunda rara vez es necesaria y debe evitarse a menos que se recomiende por razones médicas. Si notas una acumulación de cera que afecta tu audición o causa molestias, es mejor consultar a un médico para una limpieza profesional.

Para limpiar los oídos de perros o gatos, es importante usar un producto de limpieza específico para mascotas. Coloca unas gotas del limpiador en el canal auditivo de tu mascota y masajea suavemente la base de la oreja para distribuir el producto. Permite que tu mascota sacuda la cabeza para ayudar a aflojar la suciedad y la cera. Luego, usa un paño suave o una bola de algodón para limpiar suavemente el interior de la oreja, sin insertar nada en el canal auditivo. Evita el uso de bastoncillos de algodón. Es recomendable realizar esta limpieza solo cuando veas que las orejas están sucias o según las indicaciones de tu veterinario.