La higiene íntima se refiere al conjunto de prácticas de limpieza del área genital y perineal. Es una parte esencial del cuidado personal diario, destinada a mantener esa zona limpia, saludable y libre de infecciones. La higiene íntima adecuada ayuda a prevenir irritaciones, malos olores y, sobre todo, reduce el riesgo de desarrollar infecciones bacterianas o por hongos. Es importante adoptar prácticas de higiene íntima que respeten el equilibrio natural de la flora bacteriana de estas áreas para mantener una buena salud.

Para mantener una buena higiene íntima, es importante lavar diariamente la zona genital externa con agua y un limpiador suave, pH neutro, sin fragancias añadidas para evitar irritaciones. Secar siempre la zona suavemente con una toalla limpia para prevenir la humedad, propicia para el crecimiento de hongos y bacterias. En el caso de las mujeres, es crucial limpiar de adelante hacia atrás para evitar la transferencia de bacterias del ano a la vagina o la uretra. También es recomendable usar ropa interior de algodón, cambiarla diariamente, y evitar productos como duchas vaginales, desodorantes íntimos o toallitas perfumadas, que pueden alterar el pH natural y la flora bacteriana.

Una mala higiene íntima puede llevar a varios problemas de salud, incluyendo infecciones por hongos, infecciones del tracto urinario, y enfermedades de transmisión sexual. La acumulación de sudor, bacterias y restos de orina o heces puede provocar irritación, picazón, mal olor y aumento del riesgo de infecciones. En mujeres, el desequilibrio en el pH vaginal puede afectar la flora bacteriana natural, propiciando el desarrollo de infecciones como la vaginosis bacteriana. Mantener una higiene íntima adecuada es esencial para prevenir estas complicaciones y asegurar el bienestar general.