Las llagas o aftas son pequeñas úlceras abiertas y dolorosas que aparecen en los tejidos blandos del interior de la boca, incluyendo labios, mejillas, lengua, piso de la boca y la base de las encías. No son contagiosas y se diferencian de las lesiones causadas por el herpes labial en que aparecen únicamente en el interior de la boca. Las aftas se caracterizan por tener un centro blanco o amarillo y un borde rojo, y pueden ser muy dolorosas, especialmente al hablar, comer o beber.

Las llagas en la boca pueden ser causadas por diversos factores, incluyendo estrés, lesiones en la boca, deficiencias nutricionales, cambios hormonales, alergias a alimentos, y enfermedades autoinmunes. Para curarlas, es importante mantener una buena higiene bucal, evitar alimentos picantes, salados o ácidos que puedan irritarlas, y utilizar enjuagues bucales antisépticos o aplicar geles tópicos diseñados para tratar aftas, que pueden ayudar a reducir el dolor y acelerar la curación. En casos de aftas recurrentes o muy dolorosas, es recomendable consultar a un profesional de la salud para un tratamiento más específico.

Una llaga en la boca suele curarse por sí sola en un periodo de 1 a 2 semanas sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, el tiempo de curación puede variar dependiendo del tamaño y la severidad de la llaga. Si la llaga es grande o particularmente dolorosa, puede tardar más tiempo en sanar. En caso de que las llagas persistan por más de 3 semanas, se agraven, o estén acompañadas de otros síntomas como fiebre, es importante buscar asesoramiento médico para descartar condiciones más serias.