Para usar un cepillo interdental correctamente, elige un tamaño que se ajuste cómodamente a los espacios entre tus dientes sin forzarlo. Introduce suavemente el cepillo en el espacio interdental y muévelo de adentro hacia afuera unas cuantas veces. No es necesario aplicar mucha fuerza; el movimiento debe ser suave para evitar dañar las encías. Usa el cepillo interdental una vez al día, preferiblemente por la noche, como complemento de tu rutina de higiene bucal después del cepillado y antes del uso de hilo dental si es necesario.

La duración de un cepillo interdental puede variar dependiendo de la calidad del cepillo y de cómo se use. Generalmente, un cepillo interdental puede durar aproximadamente una semana o hasta que las cerdas comiencen a desgastarse o doblarse, lo que indica que es momento de reemplazarlo. Es importante inspeccionar el cepillo regularmente y cambiarlo antes si muestra signos de desgaste para asegurar una limpieza efectiva.

Para limpiar el cepillo interdental, enjuágalo bajo agua corriente después de cada uso para eliminar los restos de placa y partículas de comida. Ocasionalmente, puedes sumergir el cabezal del cepillo en una solución antiséptica o enjuague bucal para una limpieza más profunda. Deja que el cepillo se seque completamente al aire antes de guardarlo. Esto ayudará a mantener el cepillo en buen estado y prolongar su vida útil.

Los cepillos interdentales están diseñados para limpiar los espacios entre los dientes donde el cepillo dental convencional no puede llegar. Son especialmente útiles para eliminar la placa y los restos de comida en los espacios interdentales y debajo de la línea de las encías, ayudando a prevenir la caries, la gingivitis y la enfermedad periodontal. Los cepillos interdentales son recomendados para personas con espacios amplios entre los dientes, así como para aquellos con aparatos ortodónticos, coronas, puentes o implantes dentales.