Se recomienda cambiar el cepillo de dientes cada 3-4 meses, o antes si las cerdas se desgastan o se deforman. Un cepillo con cerdas desgastadas no limpia los dientes de manera efectiva. Además, después de una enfermedad como un resfriado o una gripe, es aconsejable cambiar el cepillo para evitar el riesgo de reinfección.

Para limpiar el cepillo de dientes, enjuágalo bien bajo agua corriente después de cada uso para eliminar los restos de pasta de dientes y comida. Sacude el cepillo para quitar el exceso de agua y guárdalo en posición vertical para que se seque al aire. Evita cubrir el cepillo o guardarlo en recipientes cerrados, ya que la humedad puede promover el crecimiento de bacterias.

Para desinfectar un cepillo de dientes, puedes sumergir las cerdas en una solución antibacteriana, como enjuague bucal antiséptico, por unos minutos. También puedes utilizar una solución de agua con unas gotas de lejía doméstica (1 parte de lejía por 10 partes de agua) durante 1 minuto como máximo, seguido de un enjuague profundo bajo agua corriente para eliminar cualquier residuo de desinfectante. No uses agua hirviendo o microondas para desinfectar el cepillo, ya que esto puede dañar las cerdas.

Los cepillos de dientes se deben tirar en la basura común. Sin embargo, algunas partes del cepillo de dientes, como el mango, pueden ser reciclables dependiendo del material del que estén hechos. Revisa las indicaciones del fabricante sobre reciclaje. Existen programas de reciclaje específicos para productos de higiene bucal, incluidos cepillos de dientes, ofrecidos por algunas marcas en colaboración con organizaciones de reciclaje. Estos programas ayudan a reducir el impacto ambiental de desechar estos productos.